top of page

Buscando el glúcido perdido...

El Reactivo de Fehling consiste en una disolución de agua con sulfato de cobre. Al entrar en contacto con una disolución en la que hay presencia de glúcidos el grupo cetona o aldehído se oxida (pierde electrones) a carboxilo y el ión cúprico se reduce a ión cuproso que formará óxido cuproso. 

Esta ha sido la prueba indispensable para encontrar la presencia o no de glúcidos en las disoluciones dadas en la práctica que realizamos en el laboratorio.

Necesitamos algunos materiales determinados para poder llevar a cabo la práctica como fueron:

1. Licor de Fehling A y B

2. Varias disoluciones

3. Agua destilada

4. Ácido clorhídrico

5. Disolución de Hidróxido sódico al 10%

6. Trípode

7. Mechero Bunsen

8. Pipetas

9. Gradilla

10. 10 tubos de ensayo

11. Pinza de madera

12. Vaso de precipitado

En primer lugar, utilizamos 9 tubos de ensayo y los fuimos rellenando de las 9 disoluciones dispuestas en lsa mesa de la profesora. las disoluciones eran 1 glucosa, el 2 sacarosa, el 3  lactosa, el 4 maltosa, el 5  zumo de uva, el 6 azúcar de caña, el 7 leche, el 8 cerveza y el 9 agua destilada.

Una vez obtenidas las disoluciones en los respectivos tubos con ayuda de la pipeta, ya pudimos añadir a cada uno el Reactivo de Fehling tipo A y B.

Seguidamente, los pusimos a calentar al baño maría en el mechero Bunsen y poco a poco fueron produciéndose los cambios.

En los que se ha apreciado un cambio de color de azul (proveniente del reactivo) a un rojo ladrillo, encontramos glúcidos. Sin embargo si este cambio de color no se ha llegado a producir significará que en esa disolución no había presencia de esos glúcidos. En este caso, los únicos únicos reactivos que no deben cambiar de color son el agua y la sacarosa por poseer enlace dicarbonílico, y por tanto no tener ningún OH libre de los carbonos asimétricos para poder ser oxidado, pues no poseen carácter reductor. El resto sí sufrió un cambio de coloración tal y como se ve en el vídeo. En nuestro caso en particular conseguimos que todos cambiaran de color excepto la maltosa, con la que tuvimos que retroceder y repetir el proceso. Como se aprecia en el vídeo, mejoro su cambio de color pero no llego a cambiarse del todo hasta llegar a un rojo ladrillo propiamente dicho. 

Por último, después de estas observaciones, procedimos a trabajar con el último tubo de ensayo, el número 10. Para que se produjese un cambio de coloración añadimos 50 ml de agua destilada y 10 gotas de ácido clorhídrico junto con la sacarosa en un nuevo tubo. A continuación lo pusimos al baño maría 5 minutos. Enfriamos y añadimos 10 gotas de NaOH a la reacción para neutralizar el ácido. Finalmente, añadimos 1ml de la mezcla de Fehling A y Fehling B y de nuevo calentamos al baño María. De esta forma se produjo un cambio de coloración a un color anaranjado.

Y como conclusión de la práctica, junto a mis compañeras Marisa y Ana Ruiz realizamos un vídeo englobanso toda la práctica y resolvimos estas cuestiones.

1. ¿Qué azúcares son reductores? ¿Por qué?

Los azúcares reductores son todos los glúcidos monosacaridos y aquellos disacaridos unidos entre sí mediante un enlace monocarbonilico, es decir aquel en el que únicamente interviene únicamente uno de los grupos carbonilo de la molécula. El enlace, por tanto se producirá entre el grupo carbonilo de uno de los monosacaridos que reaccione y cualquier otro carbono del segundo monosacarido que reacciona. Queda así un grupo carbonilo libre que permite que la molécula tenga poder reductor. Así, son azúcares reductores la glucosa, la lactosa, la maltosa, el zumo de uva, el azúcar de caña, la leche entera y la cerveza. Estos azúcares cuando reaccionan con el reactivo de Fehling sufren una oxidación en su grupo carbonilo que se oxida a ácido. Los protones liberados son captados por el Cu2+ que se reduce dando lugar a Cu2O y se produce el cambio de coloración de la mezcla, que pasa de azul a rojo.

2. ¿Qué pasa en el tubo 2?, ¿y en el 10?

El tuvo 2 contiene sacarosa, un disacarido formado gracias a la unión entre una glucosa y una fructosa que se unen entre sí mediante un enlace alfa (1,2). Se trata de un enlace dicarbonílico en el que intervienen los dos grupos carbonilo de los dos monosacáridos. La molécula formada, en este caso sacarosa no tendrá poder reductor ya que ha perdido los dos carbonos carbonílicos al producirse el enlace, al no tener poder reductor la molécula no se puede oxidar a ácido cuando entra en contacto con el reactivo de Fehling. La reacción no se produce y, por tanto no podemos observar un cambio en la coloración de azul a rojo como sí ha ocurrido con el resto de glúcidos. En el tuvo 10 hemos introducido sacarosa pero le hemos añadido una pequeña cantidad de ácido clorhídrico. El ácido rompe el enlace

dicarbonílico de la sacarosa cuando calentamos, obteniéndose así glucosa y fructosa que sí

poseen poder reductor. Un proceso similar ocurre durante la digestión, el HCl es secretado en el estómago y ayuda a la digestión de los glúcidos rompiendo los enlaces entre estos.

Dejamos enfriar nuestra mezcla y añadimos una base fuerte como el NaOH para neutralizar el ácido. Es entonces cuando volvemos a añadir el reactivo de Fehling, calentamos de nuevo y podemos observar el cambio de coloración de azul a rojo gracias a la oxidación a ácido de los monosacáridos de glucosa y fructosa.

3. ¿Qué función tiene elácido clorhídrico?

El ácido clorhídrico tiene función de romper el enlace dicarbonílico que existe en la sacarosa para poder obtener glucosa y fructosa con sus carbonos carbonílicos libres y que estos se puedan oxidar cuando reaccionan con el reactivo de Fehling.

 

4. ¿Dónde produce nuestro cuerpo ácido clorhídrico?

El HCl se secreta en el estómago cuando el bolo alimenticio llega a él. Al ingerir un alimento se desencadenan un conjunto de mecanismos para facilitar la digestión. El cuerpo libera unas hormonas las cuales estimulan a las células productoras de ácido del estómago. Estas células combinan átomos de hidrógeno con cloro (que encontramos en la sal) para producir ácido clorhídrico. Este ácido no daña al estómago ya que este está recubierto por una mucosa gástrica que lo protege de la corrosión, además la acidez y la composición de los ácidos no son constantes, pero cambian con la velocidad de flujo. Por lo que no provoca ningún daño al estómago siempre y cuando no tenga una sobredosis de ácidos.

5. Los diabéticos eliminan glucosa por la orina ¿Cómo se puede diagnosticar la enfermedad?

La diabetes se podría diagnosticar mediante un análisis de orina del paciente. La diabetes es una enfermedad en la que el nivel de glucosa en sangre es muy elevado debido al mal

funcionamiento de la insulina. La insulina es la enzima que permite el paso de la glucosa del

torrente sanguíneo a las células. Si está enzima no funciona correctamente se producirá una

acumulación de glucosa en sangre y está tendrá que ser eliminada por nuestro organismo a

través de la orina. Un análisis de orina nos indicará si los niveles de glucosa en esta son altos o bajas y, por tanto si el paciente padece la enfermedad o no.

bottom of page